Comenzó Jueves 20 de mayo 2010.
Ministerio de asistencia y evangelización a las personas extremadamente cadenciadas, que duermen en la calle en el barrio Palermo cerca de la iglesia, por iniciativa de Filipe Portugal y Andrés Balmaceda.
Se hace cada jueves después de la reunión de oración. La primera vez éramos varios de la iglesia que acompañamos. Desde noviembre, han sido Andrés Balmaceda y Roberto Strong.
Actualmente Andrés es líder del proyecto Pan de Vida que consiste en visitar semanalmente a personas que viven en la calle y llevarles un mensaje evangelístico, ofreciéndoles también un té caliente y sándwich para comer
Se lleva té, mate cocido, y sándwiches para repartir, junto con una lectura bíblica impresa que se deja con cada persona. La primera lectura fue el pasaje de Lucas 14.15-24 que se tituló: “Una Invitación Especial”, donde Jesús relata la parábola del hombre que preparó una fiesta e invitó a muchos conocidos, pero todos
estaban ocupados. Luego mandó a buscar a los pobres, cojos, ciegos, etc. Otros jueves se les da otra porción y se les habla del Señor Jesucristo, leyendo pasajes tales como el de Lázaro y el rico, la promesa de Jesús de volver otra vez (Juan 14), el joven rico, etc. Roberto luego ora por el bienestar espiritual y físico de ellos, y les invita a recibir a Cristo como Salvador si se presenta disponible la persona. Algunos, por su estado de ebriedad o bajo el efecto de drogas, no pueden captar el mensaje claramente.
Solo en pocas ocasiones se rechazó la ayuda ofrecida. La primera noche se ayudó a cinco personas. Verónica fue maestra de escuela primaria un tiempo atrás, muy educada. Encontramos a un joven buscando comida en tachos de basura. Varios cuidan coches durante el día. Uno recorría Argentina en bicicleta visitando monasterios, pero le robaron la bicicleta que tenía y se encontró sin lugar para dormir. Algunos tienen un trasfondo relacionado con creyentes, sabiendo historias bíblicas, coros de la Biblia, etc. Algunos manifiestan recibir a Cristo cuando Roberto ora con ellos. Otros dicen ser ya cristianos. En total se ha ministrado a más de 25 personas durmiendo en la calle desde que se comenzó este ministerio.
Solo Dios sabe cómo llegaron a esas condiciones, y si realmente son de Él. Damos gracias a Él por la visión de Andrés, quien antes estuvo en esas mismas condiciones, y hoy es alguien que predica el evangelio en los subtes, en hospitales, y a los indigentes. Su testimonio ha sido tan bueno que varios vecinos se juntaron para comprarle a Andrés una casita rodante nueva y en marzo pasó a vivir de debajo de una lona en la plaza a su flamante casita. Hace dos años que es miembro fiel de nuestra congregación. Filipe, por otro lado, vino de Brasil casado con una chica argentina, y él trabaja en un banco. Tienen un hijito, Lucas, de 2 años. También están activos en nuestra iglesia.
Damos gracias al Señor por esta visión de Andrés de ministrar a los olvidados. Pedimos sus oraciones para que este ministerio pueda traer fruto para su honra y gloria.